El domingo, 22 de agosto, realizamos el descenso de las Angosturas del Guadalmina, espectacular río bermejense que al llegar a la población de Benahavís, se encañona en el lugar conocido como Angosturas del Guadalmina. Dada la cercanía a la población y la escasa dificultad, convierten a este paraje natural, sobre todo en época estival, en todo un atractivo para propios y extraños, que se maravillan con la belleza agreste del cañón, muy, muy cercano a la archifamosa Costa del Sol.
El descenso de las Angosturas se inicia en el conocido charco de las Mozas y está constituido por cuatro pasillos angostos, cada uno diferente. El descenso, perfectamente se puede realizar en un tiempo estimado de 1,30 h, aunque es mejor disfrutarlo tranquilamente y regresar a su finalización por la acequía que contornea la ladera izquierda (según el sentido de corriente) hasta llegar al punto de partida. El único inconveniente es el destrepe de una presita que se puede sortear por un lateral tras descender un pequeño tobogán, o por la cuerda fija situada en el otro extremo.
Mi hijo Rafa se lo pasó bomba!!!
Iniciamos el descenso en el charco de las Mozas. Aquí vemos a Rafa y Andrés saltando a la poza
Al charco de las Mozas también se puede bajar por este pequeño tobogán
Mi hijo salta desde la peña más alta. Como disfrutó el enano
Ahora vemos en acción a Fernando y Bartolomé
A la derecha Bartolomé y su hijo Eric
La dificultad es casi nula en todo el trayecto
Avanzamos hacia la primera angostura saltando de piedra en piedra
La primera angostura es abierta y deja entrever la carretera de acceso a Benahavís
Este es Fernando, que repitió tras la grata experiencia de la semana anterior con el grupo organizado por Juani
Mientras Andrés (padre) nada, se atraviesa una de las numerosas y gráciles libélulas rojas
Nos acercamos a la segunda angostura, de paredes más altas y pozas de gran profundidad
La belleza del entorno es patente
Y nos lo pasamos pipa. El primero de la fila es Javi, hijo de Fernando
Andrés flipa saltando
Eric también lo viveee......y Fernando, hijo de Fernando
Ya estamos a las puertas de la tercera angostura, la más cerrada y cavernosa
Hay tramos que son como una cueva sin techo
Y la luz penetra formando halos luminosos
Al final se apercibe la luz que dará a paso a un tramo bellísimo y luminoso
Andrés se aferra a la roca
Los hermanos Ruiz (hijos de Fernando) se lo pasan en grande. Tienen a quien salir... je, je, je
Preciosa angostura enjuta en las moles calizas
Este es un pequeño e insignificante destrepe
En algunas paredes crece vigoroso el culantrillo
En la parte final de la tercera angosturas se suceden los resaltes de donde saltar
La profundidad es evidente
Más saltos
Y acabamos este tramo en la pequeña represa
Que se destrepa por una cuerda fija
La cuarta y última angostura procura varias repisas desde la que saltar. Aquí vemos a mi hijo que no paró en todo el día
Os habeis fijado... En el niño cooneee
Andrés hijo vuela literalmente
Esta foto me encanta. Tiene mucho movimiento
Salto a duo
Otra vez Rafa hijo al ataqueeee
Si el hijo vuela, Andrés el padre, planea
Rafa el peque (con 11 años tiene un 43 de pie) alucina
Este es el tramo final de la cuarta angostura. Obsérvese el tubo de agua asido a la roca
Saltando por última vez. Primero Andrés
Y después Rafa
Tras comer, regresamos al punto inicial por la acequia, obra de ingeniería por la que siento gran fascinación. La vegetación en estos lugares umbrosos y húmedos procura una sombra agradable y sorpresas botánicas como el helecho de acequia
NOS VEMOS EN LAS MONTAÑAS
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